El Koi es una especie de pez carpa muy colorido cuyos primeros registros se remontan al Japón del siglo XVIII, en las postrimerías del último shogun japonés.
Además del significado de “carpa”, la palabra Koi es homófona de “amor o afecto” y por ende los peces Koi cargan consigo los símbolos del amor y la amistad en Japón.
La cría de estos coloridos peces Koi se originó en el siglo XVIII en la prefectura Niigata, ubicada en la parte centro norte de la isla más grande de Japón: Honshu. Sus primeros criadores fueron campesinos que trabajaban en los campos de arroz. Éstos se percataron que unos peces eran más brillantes y coloridos que otros y con ello empezaron a capturarlos y a criarlos.
Para el siglo XX se establecieron los patrones en los diferentes colores de los Koi, siendo el Kohaku (rojo y blanco) uno de los más comunes.
No fue sino hasta 1914 que el resto del mundo se enteró de la existencia de los Koi cuando estos peces fueron exhibidos en una exposición en la ciudad de Tokio. A partir de entonces los Koi han engalanado museos, jardines, parques, hoteles y residencias de todo el planeta.
Para muchos, los Koi traen buena suerte o significan buena fortuna, y otros tratan de encontrarle significados de acuerdo a la simbología japonesa.
En la cultura japonesa hay muchos significados relacionados con los comportamientos de los animales, y la interpretación de los símbolos del Koi no pudo ser la excepción.
Los japoneses consideran al Koi el más energético de todos los peces. Esto es porque además de que constantemente se está moviendo, el Koi es capaz de nadar contracorriente con gran facilidad. Y de aquí surgen dos interpretaciones:
Por un lado el Koi es un ser no-conformista, no sigue a los demás. Es un ser independiente que al nadar contracorriente no permite ser influenciado por otros.
La segunda interpretación se refiere a la fuerza del Koi en tiempos de adversidad. El Koi simboliza la persistencia y el esfuerzo que se requiere para nadar contracorriente. El nadar río arriba demuestra que el Koi es capaz de sobrepasar cualquier obstáculo en el camino para salir victorioso.
Al verlos nadar en un pequeño lago de unos jardines japoneses, más que sentimientos de lucha y victoria, yo sentí paz y tranquilidad.