Ricardo Villarreal

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México y un Voto Blanco Válido

September 22, 2017 by Ricardo Villarreal

Bandera Mexico¿Qué pasaría en México si en las próximas elecciones habría 0% de abstencionismo, y además se incorporaría el voto blanco como opción electoral?

Pero no me refiero al voto blanco como voto nulo, sino como un voto válido que cuente, y que, de lograr mayoría porcentual, tuviera un verdadero peso de rechazo directo al gobierno y a los actores políticos con la finalidad de sacarlos a todos de una buena vez.

Ante los recientes y devastadores sismos en México, me vino a la mente esta idea que cubre como premisa José Saramago en su novela “Ensayo sobre la Lucidez.” Y es que cuando la ficción nos presenta escenarios distópicos que no se ven tan distantes de la realidad, no hay que descartar posibilidades.

Cuando la mejor manera de ayudar es no estorbar, la nada resulta ser el mejor reemplazo al actual carrusel de políticos nauseabundos, obsesionados por el poder y entregados a la corrupción.

Los recientes terremotos en el país han sido la prueba de fuego que han puesto al descubierto la falsa retórica de muchos políticos que, más que estar comprometidos con el pueblo, se encuentran desaparecidos, inútiles, sin saber cómo actuar ni qué decir, y preocupados más por sus apariencias y continuidad en el viciado sistema que les permite servirse de él.

Por otro lado, el mismo evento nos permitió a los mexicanos darnos cuenta de que en los momentos más adversos, no necesitamos a ninguna figura política líder para salir adelante unidos si lo creemos y lo queremos.

La ciudadanía respondió inmediatamente para tomar la iniciativa de ayudar con labores de rescate, de proveer a los más necesitados, de ofrecer su casa. Ojalá que esta actitud tan generosa y humanitaria siga contagiando a más mexicanos y no se apague. Su notoriedad incluso fue reconocida internacionalmente.

Como también reconocida internacionalmente fue la vergüenza de los representantes de los principales partidos políticos haciéndose bolas ante la encrucijada de donar el dinero destinado a sus campañas electorales para beneficio de los damnificados. No se dan cuenta que el pueblo no les está preguntando su opinión, se les está exigiendo que renuncien a esos obscenos gastos de campaña (aunque sea un porcentaje) para beneficio de la gente.

Una democracia real debe tener la opción no solo de elegir candidatos, sino también de rechazarlos. A todos. No estaría nada mal que en México se empezara a contemplar el voto blanco.

Quizás entonces estalle finalmente la burbuja que tiene a muchos políticos viviendo en un mundo totalmente incompatible a la realidad mexicana.

 

Filed Under: Philosophy, Politics Tagged With: elecciones 2018, elecciones México, Ensayo sobre la lucidez, filosofía, José Saramago, literatura, México, política, terremotos, voto blanco

Saramago y la Democracia

October 19, 2016 by Ricardo Villarreal

Elecciones¿Puede la democracia ser la salvación del futuro de la humanidad y de garantizar un mundo socialmente justo?

Es posible que sí, pero implica que la democracia se discuta y se reinvente, nos dice el escritor y Nobel de Literatura José Saramago en la conferencia “El Nombre y la Cosa” (2006), que quedó plasmada en el libro del mismo nombre.

Entrando en materia sobre la democracia, Saramago nos traslada brevemente a su origen en Grecia (Siglo IV, a.e.c.) citando dos principios de Aristóteles:

Por un lado, “en la democracia los pobres son soberanos, porque son el mayor número y porque la voluntad de la mayoría es ley.”

En segunda instancia, con el objetivo de garantizar la igualdad y la libertad, Aristóteles nos dice: “la igualdad pide que los pobres no tengan más poder que los ricos, que no sean ellos los únicos soberanos, sino que lo sean todos en la proporción misma de su número.”

Así que muy pronto topamos con una discrepancia y ponemos en duda la legitimidad de la democracia, pues nunca en la historia de la humanidad los ricos han sido una población mayor a los pobres, y los ricos siempre han gobernado el mundo, al día de hoy.

Pero, ¿qué hay del poder del voto que inventaron los griegos? ¿No es el voto la expresión máxima que, siendo derecho de todos, valida el funcionamiento de la democracia?

Pues no. Resulta que dentro del mismísimo proceso de votación encontramos un verdadero conflicto democrático, ya que el voto es al mismo tiempo entrega y renuncia de nuestra voluntad política.

Saramago nos ilustra cómo en el preciso instante de ejercer nuestro derecho al voto e introducirlo en la urna, nuestro sufragio ya no nos pertenece como electores. Y a partir de ahí el político, diputado, o gobernante utilizará el poder según sus intereses, que en muchas instancias no es el del ciudadano que introdujo su voto en la urna.

Por eso es muy sencillo ver que no funciona este proceso democrático. Solo basta darse cuenta del tipo de gobernantes que tenemos; políticos que han abusado de este hueco que hay en el proceso democrático que no los obliga a ser dignos representantes del pueblo.

Porque confío que ninguna población sana, de raciocinio medianamente decente, y con un mínimo de respeto, elegiría a los corruptos que tenemos en el poder.

Dice Saramago, una democracia bien ejecutada debe ser como el Sol que a todos ilumina por igual.

Pero el poder no lo tiene la gente. Es más, el único poder que existe es el económico, el que todo lo mueve, el que controla las cuerdas del teatro llamado gobierno.

Y ese poder económico no es democrático porque no lo eligió el pueblo, ni tampoco contempla la participación ni el bienestar del pueblo.

Ese sistema de organización social que equivocadamente llamamos democracia, es realmente una plutocracia, un gobierno de los ricos para los ricos.

¿Qué hacer entonces? Pues debemos reformar la democracia. Y para ello tenemos que empezar por discutirla, por admitir que no funciona para el beneficio de la gente.

El autor nos advierte que de no hacer nada y de continuar con un concepto de democracia cada vez más putrefacto, no solo terminaremos por perder enteramente la democracia, sino que se perderá también la esperanza de ver un día dignamente respetados los derechos humanos para todos.

La dimensión política del pueblo debe ir mucho más allá del sufragio. Votar cada cierto número de años no es suficiente para mantener una democracia efectiva. Debe haber mayor participación ciudadana.

Si el verdadero poder es el económico, y el principal problema es que ese poder no es de la gente, pues la respuesta está en buscar la manera de que sea la ciudadanía la que penetre y tome el control de los organismos económicos y financieros de los que autoritariamente se les ha aislado.

Para acercarnos a un sistema democrático más justo, Saramago señala que una democracia política debe ir de la mano con una real democracia económica y estar aunada a una democracia cultural.

Pero esta fórmula estructural tampoco servirá de mucho en una democracia que no se autocritica, en una democracia que no se autoevalúa, y que no haga por vigilar la manera en que los gobernantes usan el voto que los puso en el lugar que ocupan.

Solamente a partir de la reflexión, del pensamiento crítico, y del deseo genuino de dialogar y tomar acciones constructivas podemos contribuir a reformar la democracia y a transformar nuestro mundo en uno más justo.

 

Filed Under: Arts & Culture, Books, Libros, Literatura, Philosophy, Politics Tagged With: democracia, derechos humanos, ejercicio democrático, elecciones, filosofía, historia, José Saramago, libros, literatura, plutocracia, política, Saramago, votación, votaciones, votar, voto

¿Por qué conviene que sí quede Trump?

February 10, 2016 by Ricardo Villarreal

Donald Trump by Michael Vadon
Creative Commons license use – Photo by Michael Vadon

Yo sé que a más de uno nos causa un dolor de estómago el solo hecho de escuchar el nombre de Donald Trump. Y escucharlo hablar es un verdadero suplicio.

Pero he estado pensando, desde hace algún tiempo atrás, que de toda la barbaridad republicana que desfila en la pasarela de selección interna, Trump puede ser lo mejor que les puede pasar a los demócratas si gana la nominación presidencial para representar al partido del elefante.

Es simplemente un escenario que veo muy factible y no seré el primero en especularlo. Pero de quedar Trump, es casi seguro que los demócratas obtengan la presidencia.

Es más, me voy a ir todavía más al futuro: Trump incluso será lo mejor que le puede pasar al partido republicano una vez que haya sido el candidato a presidente y haya perdido la presidencia.

Pero vayamos en orden.

Ya han comenzado las elecciones primarias en los Estados Unidos y poco a poco van autoeliminándose los candidatos republicanos que ven lejos sus posibilidades de representar a su partido.

Pero todavía quedan (ya son menos) algunas obstinadas y voraces sanguijuelas que se rehúsan a desprenderse de la luminaria aun sabiendo que sus posibilidades en este proceso de pre-selección son visiblemente microscópicas.

Donald Trump se ha mantenido a la cabeza en las encuestas, pero no puede aún echar las campanas al vuelo, pues su adversario más cercano, Ted Cruz, puede arruinarle la fiesta en cualquier descuido.

Y aquí repito la palabra clave: descuido. Eso es precisamente lo que esperan los demás candidatos conservadores, que algún extraordinario evento haga que tropiece Trump.

Pero ¿qué diferencia hay entre Trump y los demás candidatos republicanos? ¿Qué más da quién quede en ese partido?

En efecto, ideológicamente no hay mucha diferencia entre los candidatos conservadores. Casi todos comparten muchos temas en común: no creen en el cambio climático, no creen en la evolución, son pro-armas, quieren tener el control sobre los derechos de la mujer, son anti-gay, anti-inmigrantes, anti programas sociales, sus políticas económicas y fiscales favorecen más a las clases altas y a las corporaciones, quieren gobernar con la Biblia, etc.

La diferencia con Trump, es que él ha acaparado los reflectores en los medios porque, además de ser un personaje polémico, famoso y extravagante, se maneja con una retórica llena de elementos vulgares, exagerados, y discriminatorios que agradan a cierta parte de la población.

En sus populares discursos ha insultado a los mexicanos, a las mujeres, a los discapacitados, a los musulmanes, a los prisioneros de guerra, a reporteros, y demás. Sus seguidores lo admiran porque “dice lo que piensa”, como si eso fuera una virtud.

Trump se ha enemistado con tantos grupos que incluso dentro del partido republicano ¡ya no lo quieren! Esto es por demás interesante siendo que ellos mismos, junto con el apoyo de Fox News, crearon a este personaje que, más que un súper héroe para los conservadores, se está convirtiendo en un villano.

Y por eso conviene que gane Trump la nominación republicana. Porque hasta en el plano internacional es el malo de la película. De no quedar Trump, alguien más moderado pudiera “recuperar” votos ya prácticamente perdidos.

En este rubro es importante mencionar también que, gracias a Trump (aunado al apoyo reciente que le otorgó Sara Palin), han despertado hasta los votantes más apáticos para registrarse a votar y no permitir un gobierno trumpiano.

Solo esperemos que Trump continúe con su misma retórica para seguir echándose a más grupos (votos) en contra y pierda la presidencia. Con ello, la victoria de los demócratas estará asegurada.

Cabe aclarar que no todo dependerá de lo que haga o deje de hacer Trump. Bernie Sanders del partido demócrata está llevando a cabo una campaña muy exitosa cuyo movimiento ha crecido admirablemente. Quien sea que logre la nominación demócrata cuenta desde ya con un tremendo apoyo.

Por otro lado, esperemos que el acenso y caída de Trump una vez pasadas las elecciones presidenciales sea también un detonante de acción para el partido republicano. Aunque claro, no tienen que esperarse hasta entonces para hacer ajustes.

A este partido le urge oprimir el botón de reset y reinventarse completamente. Su ideología ya está obsoleta y es incompatible a los tiempos y a las necesidades actuales.

Algo radical e inteligente tendrán que hacer si quieren ganarse la confianza de la población y ser tomados en serio. Para empezar, deben evitar a toda costa que gente como Trump se postulen a cargos públicos.

Filed Under: Politics Tagged With: Bernie Sanders, demócratas, Donald Trump, elecciones presidenciales, elecciones primarias, Estados Unidos, Hillary Clinton, política, republicanos, Ted Cruz