La multicultural ciudad de Los Ángeles alberga todo tipo de espacios para apreciar el arte, la ciencia, la historia y la cultura.
En cuanto a la ciencia está el espectacular Observatorio Griffith sobre las colinas de Hollywood que, además de brindar gratuitamente un completo y atractivo planetario, ofrece a sus visitantes observar diferentes facetas del cosmos desde su potente telescopio. Y también está el Centro de Ciencias de California, actual hogar
del ya retirado transbordador espacial Endeavour.
En cuanto a escenarios y galerías de arte, se vienen a la mente el Museo de Paul Getty o el LACMA (Museo de Arte del Condado de Los Ángeles). Ambos extraordinarios recintos que albergan colecciones formidables.
Pero hacia el norte de la región, específicamente en Pasadena, hay una joya de museo que a veces pasa desapercibido ante la saturación de opciones que ofrece esta metrópolis. Se trata del Museo Norton Simon.
Este museo debe su nombre a un industrial exitoso del sur de California que amasó una fortuna con empresas como Hunt Foods Co., Avis Car Rental, Max Factor, y Canada Dry Corporation, entre otras.
Norton Simon siempre tuvo una pasión por el arte y a partir de los 50’s comenzó a adquirir obras de diferentes periodos hasta reunir una colección importante.
El museo se divide en salas que corresponden a las diferentes épocas de su colección. En la sala de los siglos 14 al 16 se pueden apreciar pinturas y esculturas europeas. Además del característico uso del dorado en los paneles de varias obras, la diversidad de temas abarca las imágenes devotas de Boticelli y Lippi, hasta los retratos de Bellini y El Greco.
La sala que comprende los siglos 17 y 18 es generosa y destaca los logros de maestros italianos, españoles y franceses. El retrato de Teresa, Condesa de Kinsky (1793) de la artista francesa Marie-Louise Vigée-Lebrun, es un extraordinario ejemplo del manejo de la textura, el color y la forma en una pintura (ver foto).
Pero lo que más degusté en esta sala fueron las obras de los holandeses y flamencos como Rembrandt, Frans Hals, y Paul Rubens, entre otros. Las pinceladas de estos maestros, aunados al fino detalle de sus obras y al importantísimo juego de la luz hace de este periodo uno de los más importantes en la historia del arte.
Still Life with Fruits and Vegetables (foto) del pintor flamenco Frans Snyders es una pintura a gran escala que reúne una abundancia de objetos en una dinámica composición de vivos colores. Esta compleja y jubilosa obra es de las más admiradas en la sala por la maestría con la que el pintor recreó la iluminación y las diferentes texturas en las frutas y los animales vivos.
La colección más grande en el museo es sin duda la que corresponde a los siglos 19 y 20. Al ver piezas de impresionistas y post-impresionistas como Monet, Renoir, Van Gogh, Gaugin y Cézanne se puede entender por qué también es la zona más concurrida del museo. Y es que además, en la entrada nos recibe un extenso repertorio de figuras de Rodin y bailarinas en bronce de Edgar Degas.
La recopilación de piezas del siglo 20 es muy variada y comprende pinturas y esculturas de artistas como Modigliani, Picasso, Kandinsky, Rothko, Matisse, Braque, Alberto Giacometti y Diego Rivera (foto), entre otros.
Y para darle más variedad a este recinto, el piso inferior del museo ofrece un acercamiento al arte del sureste asiático (foto abajo).
En él podemos apreciar esculturas de la India en piedra, figuras omnipotentes del Himalaya en oro, y otros pasajes culturales de esta región del mundo.
Este museo ofrece una excelente alternativa para apreciar la cultura y las artes. Además, visitarlo no es solamente una formidable manera de aprender y disfrutar de las obras, sino también un gesto de agradecimiento a un hombre que compartió su pasión por el arte con el mundo.
Norton Simon murió en 1993 a la edad de 86 años. Es con ello que su museo es un legado a todos aquellos que comparten su amor por el arte.